Durante un desayuno apurado, intentando juntar las deterioradas páginas del diario QUE (sinónimo de: basura mal escrita). He leído que un cincuentón obeso formaba parte de un ensayo médico y estaba siendo tratado con electrodos para suprimir las ganas de comer. El resultado inesperado ha sido el incremento de la memoria del paciente.
Los ninguneados y maltratados obesos salvarán la memoria de la jumanidad, al igual que Sam salvó el mundo ayudando a Frodo en el Señor de los anillos.
Viva el tejido adiposo!!!.
Lo peor es que este señor nunca tendrá una entrada triunfal por la Castellana sobre un Cadillac descapotable, saludando a la multitud bajo una lluvia de confeti.
Ingrata jumanidad no se merece la memoria.
martes, 5 de febrero de 2008
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2 comentarios:
yo voto por aplicar electrodos para quitar las ganas de trabajar...eso o porros...conozco a unos cuantos que no les vendría mal :)
Que razón tienes amigo.
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