Podemos haber terminado con el pasado, pero el pasado no ha terminado con nosotros.
Es impagable la cara que se le queda al amigo cuando se da finalmente cuenta de lo que ha pasado.Lo peor de las desgracias del siglo XXI es que quedan grabadas en vídeo.
La pena es que no se vea el momento en el que el artista le instala las fichitas de madera en el recto al señor reportero.
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2 comentarios:
Es impagable la cara que se le queda al amigo cuando se da finalmente cuenta de lo que ha pasado.
Lo peor de las desgracias del siglo XXI es que quedan grabadas en vídeo.
La pena es que no se vea el momento en el que el artista le instala las fichitas de madera en el recto al señor reportero.
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