jueves, 14 de agosto de 2008

Café mañanero...


El bueno de Martín Varsavsky clasifica a las personas en gregarios y solitarios. Yo nunca he sido gregario, uno de los motivos es que odio forzar sonrisas y estimular un lado social que con la edad ha ido desapareciendo. No es que no me importe la gente que me rodea, pero casi nunca puedo compartir mi tiempo con los que de verdad me importan y cuando lo hago no paro de pensar en que es lo que haré en cuanto tenga un momento de soledad. Realmente disfruto de la compañía de algunos. Sobre todo si podemos compartir el silencio.

Mi mujer una vez me dijo: te quiero porque me haces sentir tan feliz como cuando estoy sola.

El lunes de esta semana decidimos que sería mejor que se fuese mi mujer con el bebe unos días a casa de mis suegros. Antes de que se cerrase la puerta no pude forzar una sonrisa ni acompañarla de un beso sincero. Se forzó la marcha para que pudiese descansar con la ayuda de su madre. Pero la partida me dolió como un latigazo.

El estatus de sonambulismo producido por las largas noches en vela, no es la parte más dura; es sólo un trámite; he pasado mucho más sueño trabajando, nunca me he quejado por el sueño sería feliz pudiese pasar sin dormir. Saber que la muerte es el fin me impulsa a vivir todas las horas que pueda.
Lo más árido es la despedida de mi reconfortante soledad. La única manera que tengo para explicar el concepto padre, es que nunca volveré a estar solo, no puedo dejar de pensar en mi hijo.

Estoy disfrutando del café y preparando la bolsa para volver con mi familia.

5 comentarios:

__ dijo...

Si Varsavsky hace grupos, tú y yo llenaríamos uno. Has calcado mi mente en unos pocos renglones.

Lo único que la vida no te ha mostrado es que tus hijos te empujarán de nuevo a la añorada soledad cuando sean mayores, ya que el concepto padre varía con el tiempo; pero tienes que gastar unos años en ellos.

¡Qué disfrutes del chaval y de la soledad mientras puedas!

Me ha encantado leer mis pensamientos en tus palabras.

Saludos, Ignacio

Flánagan dijo...

Gracias amigo, es un placer saber de ti.

puritadinamita dijo...

son sus manos???q monas...en fin como dice mi madre "es q los hijos son los como los diamantes, para siempre", aunq bueno ay q pulirlos pa q lleguen a eso, q tb diría mi madre,...mucho ánimo...muy tienno el texto, me gusta!!!besotes

Flánagan dijo...

Sí son sus manos. Cuando nació es de lo que más me flipó, junto con el cambio de color morado-rojo-blanco a color bebé en cuestión de segundos.

puritadinamita dijo...

los pies y la nariz-botón tb son lo mejor...

 
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